miércoles, 24 de septiembre de 2008

Un barrio tomado

El otro día tuve que acudir al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla para conocer a mi nuevo sobrinito, y como siempre, aparqué el coche en la zona más cercana, en el barrio de Bami. Una odisea. Coches por todas partes, la doble fila a tope, las obras del aparcamiento subterráneo. Y para colmo, los gorrillas de turno apostados en cada esquina controlando todos los huecos de las calles para aparcar los vehículos y exigir el correspondiente impuesto revolucionario. O sea, peor que nunca.

Un barrio que da pena. Pensaba en cómo un barrio humilde y de trabajadores se está llegando a convertir en zona marginal, porque además de esto, los indigentes han tomado la calle no sólo como medio para conseguir el dinero necesario para tener cubierta su adicción, sino también como su propia vivienda, apropiándose de zonas públicas y portales de bloques para instalar su casa, llenándolo todo de suciedad y cosas inútiles, además de dormir en la calle y hacer sus necesidades en cualquier sitio. Pensaba también en cómo era posible que nadie fuera capaz de poner remedio a esta situación, cuando existe hasta una normativa que le impide a estas personas realizar la actividad de aparca coches que hacen, y cuando todo se solucionaría si la policía ejerciera su función disuasoria y les invitara a abandonar su actividad y la zona.

Curiosamente, al día siguiente, leí en la prensa que tanto el ayuntamiento como la empresa de limpieza pública de Sevilla iban a realizar un “barrido” en el barrio, fundamentalmente en las zonas más afectadas, con el objetivo de identificar a los indigentes que “gobiernan” el territorio y proceder a la limpieza de las zonas que ellos ocupan, eliminando todo tipo de residuos y materiales. ¿Cómo es posible que una situación que lleva pasando tantos años hayan tardado tanto en empezar a solucionarla? Parece ser que no se ha actuado de forma puntual, sino que periodicamente se repetirá.

Pero el problema no es sólo ese. Ahora qué se hace con éstas personas. Se les “invita” a irse de Bami y ¿despues qué? Se irán a otro lugar de Sevilla y volveremos a tener el mismo problema. Dicen que también acudieron al lugar trabajadores sociales para analizar la situación de éstas personas y ofrecerles su ayuda para un posible cambio y para su reinserción social. Todo queda muy bien de cara a la galería, pero éstas personas requieren algo más que la actuación de los servicios sociales. Y la realidad dice que la mayoría de éstas personas, hasta que les ocurra su fatal desenlace, seguirán en la calle, malviviendo y consumiendo, y que lo que menos le interesa es que venga un trabajador social a contarle 4 tonterías para que ellos lo dejen todo e intenten integrarse.

En fin, es una pena que una zona como ésta se encuentre en ésta situación, pero los que tienen que actuar están más interesados en colocar a su madre en una empresa pública, en dar subvenciones a empresas de familiares o en cobrar comisiones por dar a tal o cual empresa constructora la obra del tranvía a Santa Justa. Estos son los políticos que tenemos y puede que también sean los que nos merecemos, por la pasividad del ciudadano ante todo lo que pasa en la ciudad.

Sólo he querido reflejar algo que no sólo pasa en Bami, sino que está más que extendido a toda Sevilla, y que, como no se le ponga freno......... “veremo a vé”.

No hay comentarios: