martes, 18 de noviembre de 2008

Comienzos carnavaleros (2ª parte)

Tras el 2º premio obtenido en juveniles en el concurso del año 1990, como dice mi amigo Jardi, llegar y besar el santo, desgraciadamente, ahí finalizó mi trayectoria como carnavalero oficial (sólo me quedan 24 años pal antifaz de oro). Pero ese año, además del premio obtenido en el Concurso Oficial de Cádiz, saboreamos muchos más momentos de la fiesta, tanto en algún que otro concurso más como en la calle.

Durante ese carnaval, de forma improvisada, acudimos a las calles de Cádiz una de sus noches entre semana, más como visitantes que como participantes de la fiesta (motivado por el desconocimiento que teníamos de ella). En esa noche pudimos coincidir en un bar de la Plaza Mina con el Libi y su cuarteto “Otro duelo, pero sin caja” (2º premio de ese año), y pudimos cambiar impresiones (posteriormente volví a coincidir con él, el pasado año, cuando he estado trabajando en la Delegación de Cádiz, donde él trabaja como vigilante de seguridad; por cierto, no se acordaba de nada de ese encuentro fortuito de 1990). A esa noche se limitó nuestro pase por el carnaval de Cádiz después del concurso.

Esa misma semana participamos en el Concurso de carnaval de El Puerto, consiguiendo el 1º Premio en juveniles, tras unos pases de semifinal y final bastante aceptables y gustando bastante al respetable, fiel como siempre a sus agrupaciones locales (fue fácil, como cuando el Madrid juega en casa). También participamos en el concurso de popurrit que por aquel entonces se organizaba, en el que participaban todas las agrupaciones locales, donde también conseguimos el 1º premio, teniendo como rivales a todas las chirigotas, tanto adultas como juveniles. Eran momentos dulces del carnaval portuense, donde todo el mundo trabajaba por y para la fiesta, siendo el punto de referencia del carnaval de la provincia tras el de Cádiz capital.

Es una pena que, tras ganar las elecciones los Independientes Portuenses del fatídico Hernán Díaz, la fiesta empezase a decaer con más rapidez que el Ibex-35, hasta el día de hoy, en que la fiesta es casi inexistente, y a la que cuatro colgados como nosotros estamos intentando revitalizar año tras año. Pero eso es tema para otro post.

Paralelamente, también participamos en el 1º Concurso de carnaval Sierra de Cádiz, que se celebró en Arcos de la Frontera. El concurso sólo tenía una categoría para cada modalidad de agrupación, con lo que tuvimos que participar con los adultos que se presentaron. Competimos por los premios con el cuarteto del recientemente desaparecido Antonio Villanego “Marías de la Bahía” y con un cuarteto local. Hicimos un pase de semifinales antológico, donde el público, deseoso de pasar un buen rato, se volcó incondicionalmente. Incluso los diarios de la zona se hicieron eco de nuestra afortunada actuación (la verdad es que interpretamos lo mejor del repertorio). Ya nos veíamos como ganadores (¡qué inconscientes!). Pero llegó la final, y cometimos los errores normales que se tienen cuando te tomas 2 vasos de vino más de lo normal (olvidos, desafines,... tenemos documento videográfico, en el cuál provoca más risa las meteduras de pata que cometimos que el repertorio en sí). Y ahí finalizó nuestra andadura por el concurso de Arcos, con un más que discreto 1º accésit (25.000 ptas de la época). Evidentemente, el 1º fue para el cuarteto del Villanego, con el que coincidimos en camerinos y del que me llevé una buena impresión.

(Juande y yo en la cabalgata. Archivo personal de Juande)

Pero lo mejor estaba por llegar. El carnaval de la calle. Corrían, como ya dije anteriormente, tiempos buenos para el carnaval de El Puerto, y la gente se volcaba en la calle todo el fin de semana, hasta la cabalgata. Lo pasamos de gran categoría. Actuaciones en bares, peñas, tablaos,.... y el domingo la cabalgata, donde disfrutamos como enanos con todo el mundo. Todo el mundo nos conocía, nos jaleaba, nos pedía los cuples, querían fotos con nosotros, nos invitaban,...increíble. Ahora da pena ver la cabalgata sin apenas público en las calles y con poquísimas carrozas, de una calidad mediocre (en mi humilde opinión).

En fin, recuerdos que me vienen a la memoria y que me hacen sentir que en un momento de la historia formé parte de los que contribuyeron a mantener, engrandecer y transmitir el sentido de la fiesta. Tras casi 20 años después, me alegra saber que aún hay gente que recuerda ese carnaval y “nuestro cuarteto” con tanto cariño y admiración como nosotros.

Para terminar, y aunque la difusión que puedan tener mis palabras (letras, en este caso) sea mínima, sólo quiero reivindicar un CARNAVAL DIGNO PARA EL PUERTO, como el que se vivió durante muchos años, hasta la llegada del cacique Hernán Díaz, que se propuso eliminarlo y casi lo consiguió.

Fin de la 2ª parte.