viernes, 2 de mayo de 2008

El poder de los besos

"Una de las primera preguntas que hay que hacerse sobre este cometido es: ¿sabe usted besar? El número de formas diferentes de besar es innumerable, según el Kamasutra, antiguo texto hindú que trata sobre el comportamiento sexual del hombre, existen 30 formas diferentes de besar: beso palpitante; beso que enciende el amor; beso de recuerdo de la pasión; beso que despierta… El autor William Cane en su libro "The Art of Kissing" (El Arte de Besar), describe diferentes modalidades del beso: beso de los ojos; beso eléctrico; beso francés…

La palabra beso proviene del latín Basium –acción de besar- y besar del latín basiare, tocar algunas cosas con los labios contrayéndolos y dilatándolos suavemente, para manifestar amor, amistad, o reverencia. El beso es la forma más clara de expresar cariño, expresar sentimientos, emociones y pasiones y la boca, según la teoría freudiana, es el primer lugar donde se asienta el deseo sexual.

La encuesta de las diferentes modalidades del beso, reveló que a las mujeres les gusta ser besadas en el cuello, más del 97% de las mujeres calificaron la zona del cuello como intensamente erótica. La boca es la parte más móvil del cuerpo y un beso apasionado activa nada menos que 34 músculos mientras que un beso en la mejilla sólo activa doce músculos faciales. A su vez, estudios médicos afirman que un beso apasionado provoca la subida de la presión sanguínea y el pulso se acelera pudiendo llegar hasta 150 pulsaciones, como consecuencia de la liberación de adrenalina.

No se sabe a ciencia cierta, dónde inició la práctica de saludar con un beso o el porqué los enamorados se demuestran afecto de esta manera. Una buena pista la da Desmond Morris en “El mono desnudo”, donde explica de qué modo las primeras hembras de Cromagnon alimentaban a sus crías mascando previamente la comida destinada a sus hijos. Cuando el puré estaba a punto, lo pasaban de sus bocas a las bocas de sus crías.

El beso no evolucionó como expresión de cariño entre personas adultas hasta el siglo VI en Europa, cuando empieza a surgir como una forma de afecto entre personas adultas y ya no sólo en niños. En la Edad Media, el caballero que besaba a una dama estaba obligado a casarse con ella. El beso como saludo difiere en cada cultura, así en Japón, no son muy dados a besarse y menos en público. En cambio, en las culturas medio-orientales es costumbre saludarse entre hombres con tres besos: uno en cada mejilla y al final en la frente. En Francia, también es costumbre presentarse con cuatro besos.

Alrededor de dos millones de bacterias y 40.000 microorganismos cambian de dueño después de un beso. Sin embargo, al besar, el cuerpo produce todo tipo de neuropéptidos, unas sustancias químicas que evitan las infecciones. Besar estimula la saliva, que elimina partículas de comida de los dientes, también hace disminuir el nivel ácido que causa las caries y la placa dental.

Filemamanía, es el nombre científico que recibe el deseo de besar. Según los expertos, si hay comunión mental y la suficiente atracción física en el beso, el alud de procesos químicos que se suceden provoca una auténtica conmoción en el organismo. El efecto es tan abrumador que, según algunos biólogos, podría compararse a una sobredosis de anfetaminas. Durante un beso de alta intensidad aumentan los niveles de dopamina (sustancia asociada con la sensación de bienestar) y de testosterona (hormona asociada al deseo sexual), y las glándulas adrenales segregan adrenalina y noradrenalina, que aumentan la presión arterial y la frecuencia cardiaca.

A la vez, la glándula pituitaria, situada en la base del cerebro, libera oxitocina, mágica hormona que, además de hacernos sentir como flotando, dicen que ha ayudado bastante a la perpetuación de la especie humana. Además, el acto de besarse también estimula la parte del cerebro que libera endorfinas (hormonas de la felicidad) en el torrente sanguíneo creando una sensación de bienestar, siendo antídoto para la depresión, y mejorando las defensas del cuerpo.

Científicamente está comprobado que el beso se compone en un 60 por ciento de agua; un 0,7 por ciento de grasa; un 0,4 por ciento de sal; un 0,7 por ciento de proteínas y millones de bacterias. Un beso de tres minutos quema sólo quince calorías. Los besos hacen que los labios se hinchen de sangre, se tiñan de rojo y brillen con la saliva. Además, los besos aumentan la secreción de saliva, que drena las células muertas y las bacterias y, por tanto, mejoran el aliento.

Según estudios, los hombres que besan a sus esposas por la mañana pierden menos días de trabajo por enfermedad, tienen menos accidentes de tráfico, ganan de un 20% a un 30% más y viven unos ¡cinco años más!.

Según un estudio del Instituto Kinsey para la Investigación sobre la Sexualidad, cinco de los doce nervios craneales que afectan a las funciones cerebrales intervienen en el beso erótico y debido a las conexiones neuronales de labios, lengua y mejilla con el cerebro, un beso permite detectar en la otra persona muchos datos, entre ellos la temperatura, el gusto y el olor, entre otros datos muy interesantes.

El virus del SIDA no se propaga con un beso, a no ser que fluya sangre. Sin embargo, "la enfermedad del beso", otra denominación de la mononucleosis, o la enfermedad de Pfeiffer, causada por el virus de Epstein-Barr, si es transmitida a través de la saliva y afecta especialmente a adultos jóvenes y estudiantes.

Dentro del reino animal, los monos también se besan y son los bonobos o chimpancés enanos los que mejor practican el arte de besar… "
(Artículo publicado en www.cienciapopular.com)
Despues de haber leído éste artículo, lo único que cabe decir es: "señor@s, a besarse, si quieren ser felices y disfrutar de la vida". Besar es salud y felicidad.