miércoles, 23 de abril de 2008

NADA

NADA hará que se detengan ni que cesen en su empeño. NADA les produce más placer que la sensación de ser más fuertes y veloces que el viento. NADA les hará pensar en lo afortunado o desafortunado de la opción elegida. NADA conseguirá que le den a la vida todo el valor que tiene. NADA ni nadie les detendrá, por más leyes, campañas de sensibilización o noticias luctuosas que inunden sus sentidos. Sólo el deseo de correr por correr, o más bien el deseo de morir o matar por NADA.

NADA justifica hoy día ponerse a manos de un volante con una copa en el cuerpo. NADA puede utilizarse como defensa del que conduce bajo los efectos de cualquier droga. NADA puede provocar correr a gran velocidad con la simple excusa de la prisa. NADA, NADA, NADA, eso es en lo que quieren convertirse con su actitud asesina y homicida, en NADA.

Pero es lo único que tienen en su cabeza los terroristas del volante, NADA. Si tuvieran algo amueblada su capacidad intelectual muchos de ellos respetarían las normas de tráfico, o lo que es lo mismo, su propia vida y la de los demás.

Por mi propia experiencia, compruebo cada día la falta de respeto de muchos a todo tipo de normas de circulación. Pero lo que es increible es la falta de escrúpulos y humanidad con la que muchos circulan (o más bien vuelan) en autovías y autopistas por encima de 150-160 Kms/hora, con el consiguiente riesgo personal y de los demás vehículos. Es imposible creer que un vehículo puede controlarse a esas velocidades ante cualquier imprevisto de la circulación o de la vía. Eso es jugar a la ruleta rusa, la bala está en el cargador, y una de estas saldrá disparada. Despues nos lamentaremos y buscaremos mil excusas para justificar esa conducta, hoy día, delictiva.

Afortunadamente, a raiz del cambio del código penal en materia de circulación, la actitud al volante de la mayoría de los conductores ha mejorado significativamente. Y afortunadamente también, se persigue y condena a aquellos que infrinjan las normas. Aunque siempre habrá descerebrados que no se enteren de qué va la película.

Nunca entenderé que se hagan tests de personalidad para acceder a cualquier puesto de trabajo, y no se hagan cuando se pone en manos de la gente un arma, que puede ser, y de hecho es, mortal, como lo es el coche.