Resulta curioso que una empresa que se gasta una gran cantidad de dinero en luchar por defender los derechos de los más desfavorecidos, con su eslogan “12 meses, 12 causas”, caiga en la desfachatez de fomentar al mismo tiempo el terrorismo político y social con sendas entrevistas a Luís Roldán y Julián Muñoz, cuyos méritos más significativos son apropiarse del dinero de los contribuyentes de manera premeditada, con alevosía y nocturnidad, en beneficio de su propio enriquecimiento y de los que los rodean (Pantoja y demás). Todo ello pasando por caja, evidentemente, con unas sumas considerables por fardar de sus fechorías, e incluso seguir negando el haber cometido ningún delito, después de haber tenido sentencias firmes que así lo demuestran.
Es cierto que cada cual en su casa puede hacer lo que le plazca, y sobre todo en televisión con la libertad de expresión vigente, aunque a mi entender es más bien “libertinaje” de expresión, pero no es menos cierto que eso mismo es lo que lleva a los espectadores a elegir qué tipo de programas quiere ver y cuales no.
Yo, desde el mismo instante en que se confirmó la emisión de dichos programas, en los que se ayuda a enriquecer aun más a ladrones condenados por sus estafas a los ciudadanos (no olvidemos que su enriquecimiento deriva de la apropiación de dinero público proveniente del pago de nuestros impuestos), he decidido dejar de ver TELECINCO, ya que no comparto esa doble moral de luchar por los más desfavorecidos y al mismo tiempo arropar y apadrinar a los chorizos mayores que ha tenido España en los últimos tiempos (en lugar de, según la filosofía de sus 12 meses 12 causas, defendernos a nosotros de esos golfos). Ya no me creo nada de TELECINCO, ni de su imagen, ni de su profesionalidad, ni su ética.
Cada cual que decida en consecuencia. Yo he decidido no ser cómplice de que éstos dos señores sigan estafando y robando al personal.
Es cierto que cada cual en su casa puede hacer lo que le plazca, y sobre todo en televisión con la libertad de expresión vigente, aunque a mi entender es más bien “libertinaje” de expresión, pero no es menos cierto que eso mismo es lo que lleva a los espectadores a elegir qué tipo de programas quiere ver y cuales no.
Yo, desde el mismo instante en que se confirmó la emisión de dichos programas, en los que se ayuda a enriquecer aun más a ladrones condenados por sus estafas a los ciudadanos (no olvidemos que su enriquecimiento deriva de la apropiación de dinero público proveniente del pago de nuestros impuestos), he decidido dejar de ver TELECINCO, ya que no comparto esa doble moral de luchar por los más desfavorecidos y al mismo tiempo arropar y apadrinar a los chorizos mayores que ha tenido España en los últimos tiempos (en lugar de, según la filosofía de sus 12 meses 12 causas, defendernos a nosotros de esos golfos). Ya no me creo nada de TELECINCO, ni de su imagen, ni de su profesionalidad, ni su ética.
Cada cual que decida en consecuencia. Yo he decidido no ser cómplice de que éstos dos señores sigan estafando y robando al personal.
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